Citrícola

Tradición, calidad y sostenibilidad

Los productos de la tierra y el mar han sido, durante muchos siglos, la principal fuente de riqueza de la provincia.

Y entre ellos destacan los cítricos, que son una seña de identidad del sector agrícola castellonense en el contexto internacional. El sector cuenta con más de 30.000 hectáreas dedicadas a la producción de cítricos, de los que más de 25.000 se dedican al cultivo de la mandarina, entre las que destaca la conocida clemenules, la variedad más preciada por los consumidores.

Durante la última década, el sector ha sufrido un proceso de reajuste debido a su tecnificación y modernización con lo que se persigue conseguir una mayor productividad, y también a la progresiva disminución de la superficie cultivada. Otra de las transformaciones que se han dado es la evolución de la agricultura ecológica, donde el sector ya tiene certificadas 304 hectáreas.

La agricultura ha evolucionado sobremanera en las últimas décadas, en un proceso en el que se han combinado la incorporación de un alto grado de tecnificación en todos los ámbitos y la pérdida simultánea de tierras de cultivo por la caída de la rentabilidad para el pequeño productor.

Superficie dedicada al cultivo ecológico

33.298 ha. (2023) Crecimiento del 286% 

en los últimos 10 años

El auge de la agricultura ecológica ha sido constante en Castellón, siendo el Baix Maestrat la comarca con mayor superficie acreditada de la provincia gracias al olivar y los frutos secos, otros de los cultivos de referencia del sector agrícola.

Cultivos predominantes en las últimas cuatro décadas:

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Almendro

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Olivo

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Mandarino

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Naranjo

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Viñedo

Vocación exportadora

La citricultura castellonense tiene una larga tradición exportadora, actividad que mantiene en la actualidad. Tanto es así que en la campaña 2022-2023 el 64,1% de la producción en la provincia se vendió fuera de las fronteras españolas y solo el 20% se quedó para el mercado interior. La constancia de los productores y la innovación en las últimas décadas mantenían al sector en el podio de las exportaciones de productos agroalimentarios españoles en 2022, solo por detrás de la carne de porcino, con un valor de venta de 3.600 millones de euros.

Las ventas se realizan, sobre todo, en el mercado de la Unión Europea, a países como Francia o Alemania, además del Reino Unido. También es especialmente atractivo el mercado norteamericano, donde el Puerto de Castellón ha sido tradicionalmente el eje central de operaciones. En 2014 se llegaron a enviar 43.549 toneladas desde las instalaciones portuarias, pero la imposición de aranceles por parte de la administración Trump en 2019, ha supuesto la reducción del volumen de envíos, hasta alcanzar las 9.146 toneladas en 2023. Port-Castelló cuenta entre sus ventajas con una terminal específicamente hortofrutícola con un gran frigorífico acorde a los más exigentes protocolos para el transporte de frutas y verduras.

No obstante, el potencial del sector agroalimentario castellonense pasa hoy por grandes empresas plenamente modernizadas y con vocación global, capaces de competir a gran escala, con músculo financiero y penetración nacional -en el canal de supermercados – e internacional.

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